"Tengamos ideales elevados y pensemos en alcanzar grandes cosas, porque como la vida rebaja siempre y sólo se consigue una parte de lo que se ansía, soñando muy alto alcanzaremos mucho más"





DEMASIADAS CLASES PARA UN POLVO

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“Seguro que en esta última lección, la atención que me prestará será absoluta”
Ser profesora me ha aportado no sólo grandes amigos sino bastantes anécdotas y de remate un affaire pasajero con un alumno con el que distaba seis años en edad…. (hacia atrás en la escala de 20 a 30 que bastante se nota).
Decir que me hubiera fijado en él en una simple reunión social o en la calle sería mentir. Es más ni verlos, ¿de qué podría yo hablar con ellos? ¿qué tendríamos en común más que la locura de vivir a lo loco? ¿en qué  tipo de plan coincidiríamos?
No obstante, las clases de idiomas muchas veces dan para mucho y lo imaginario de  una aburrida lección de gramática se puede llegar a  convertir  en discusiones filosóficas semanales donde el humor y el sarcasmo hacen presencia sobrepasando lo trascendental, y pasando por la banalidad cotidiana sin exceder de vocabulario para facilitar la comprensión anglosajona. Enfrente un pequeño joven con ganas de comerse el mundo, y con el optimismo y la fuerza para que así fuera. Siempre sonriente, unas veces perezoso y con una energía limpia que transmitía y lograba convencer. Joven maduro para su edad, con el que se podía tratar limpia y abiertamente todo tipo de temas y llegar hasta una profundidad que lograba sorprenderme; entendiendo que y como dejé patente en muchas clases:”el hombre no profundiza,  vive en su realidad”. Y del otro lado, una  YO misma expuesta a una  responsabilidad extrema de enseñar y no sólo el idioma, sino de relatar, y compartir algo de aprendizaje y de reflexión de los pocos o muchos años que nos separaban (según se mire).
Curiosamente, su actitud con las mujeres (que muchas veces tratamos) era el tipo de hombre  megalómano estratega, que va de “pasota” (sin serlo)  y que me resultaba muy familiar y fácil  sectorizarlo pues en mi historial casi todos los hombres cumplían ese perfil. Claro que con final infeliz pues no hay mujer que lo aguante ni hombre que cien años dure actuando, si lo que realmente tiene dentro  es un gran corazón acorazado como era el caso.
Así que después de muchos meses de él  intentando, probando, actuando, inventando estrategias y, finalmente, viéndole las orejas al lobo ante mi partida; su simpatía, extroversión y toque de locura logró que yo barajara la posibilidad de un affaire con mi joven alumno de inglés.  
No obstante mi experiencia era escasa por no decir nula con hombres de esa edad; pero me parecía una  aventura que saliera como saliera iba a ser divertida para la posteridad. Siendo yo una apasionada del riesgo, de saltarme los límites y de vivir la vida hoy y hasta el extremo, “me apunté al carro” y el affaire  (megaprogramado) surgió un día cualquiera. Y como no podía haber sido de otra manera, la diversión y la aventura no faltó, y la complicidad (importante factor) de tantos meses de charlas se hizo patente.
Sin embargo en un abrir y cerrar de ojos éramos grandes desconocidos con la amistad que habíamos generado. Y digo yo, ¿tantas clases para un simple polvo?
Inteligentemente y para ser prácticos, me hubiera decantado por una opción más arriesgada y divertida: un tipo de encuentros ocasionales y puntuales en que nos hubiéramos divertido sexualmente hablando y continuado con charlas ahora ya, con menos tabús (si alguna vez los hubo). Al fin y al cabo la vida es hoy, y los riesgos que se toman hay que saber exprimirlos al máximo…

Pd: ¿Qué mejor manera de enseñarte mi blog que con un artículo dedicado a ti? Sé que no te sorprenderás en demasía porque conoces el toque de locura que me hace sentir libre, y moverme de acá para allá y de allá para acá sin importarme nada ni nadie. ASI SOY. Un gran placer conocerte, de verdad.
Esta es mi felicitación de nuevo año para ti. En breve comienza mi nueva aventura en tierras sudafricanas, si decides arriesgar, disfrutar y el miedo no te invade nos veremos antes, si no ya nos encontraremos en algún lugar, en algún momento y retomaremos alguna charla pendiente… No te olvides de ser la mejor versión de ti mismo. Un abrazo y cuídate mucho.  

¿NOS CONOCEMOS?

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Antes de finalizar el año, siempre me tomo por norma un día de reflexión para establecer los propósitos del nuevo año. Dicho sea de paso que de la lista suelo cumplir un 20% en los años buenos, en el resto, mis propósitos se van transformando y al final acabo dejando de manos del destino o de las casualidades de la vida que me vaya guiando.
Uno de mis propósitos de 2015 es continuar escribiendo, ya que este año al presentarse con tan buenos horizontes no quise dejar de lado la escritura y el compartir experiencias, aventuras, anécdotas, vivencias y reflexiones que se van sucediendo, a la par que continúo con uno de mis hobbies.
No obstante, jamás pensé que el 2015 lo empezara con tan buen pie que a cuatro días apenas empezado enero ya tuviera material para compartir una aventura.
Lo cierto es que el día 1 de enero me fui a la cama a una hora  “decente”. Esa noche me había olvidado silenciar el móvil y casualidades de la vida, por la mañana temprano (aclaración: temprano para mí son las once de la mañana) me llama un muy buen amigo mío (aclaración: gay) que me dice en un tono imponente: “Darling, en cuatro horas coges un avión para Madrid, te lo he tenido que comprar silenciosamente sin decirte nada, porque quería verte antes de que te me vayas tan lejos y sabía que si no no vendrías. Así que coge 4 trapitos de los tuyos y en 7 horas nos vemos”. Colgó y no me dio tiempo ni a responderle.  No entendía nada…. Pensé que estaba aún en Rio de Janeiro. Pero no había tiempo para preguntas. Sino para pensar en mis 4 trapitos y en la diversión asegurada ritmo non- stop que me esperaban para las próximas 48 horas- oh yes- que buena manera de empezar el año.
Así que más dispuesta que nadie, y con toda la emoción de encontrarme con mi gran amigo, me planté en Madrid. A decir verdad no tuve duda alguna en ir, es ese tipo de amigos con el cual me divierto donde sea que estemos y quien quiera que esté. (Lástima que sea gay).
Compartir unos días con él implica: energía como si no hubiera un mañana, estómago para resistir el alcohol a cualquier hora del día, vestir con prendas a la altura de una revista y estar dispuesto a reír a carcajadas desde el alba hasta al anochecer. Recuerdo que la última vez que nos vimos en Italia nos despedimos con: “¡ Te quiero  pero nos vemos en dos años!” (traducción: nos agotamos tanto mutuamente, que necesitamos un descanso de mínimo dos años)
Así que el plan para dos en Madrid se presentaba de lo más apetecible y no pudo ser mejor. Bueno sí, en realidad lo fue.
Para ser más específicos, salimos la primera noche a una fiesta en uno de nuestros bares preferidos de Madrid. El ambiente estaba genial, la gente lo acompañaba y qué decir de la música. Hasta ahí todo perfecto. Mi amigo y yo. Dos gin- tonics. Charlas sin parar. Carcajadas con ganas. De repente en un despiste, miro hacia la derecha y me veo a un grupo de hombres bastante interesantes. Y entre ellos uno que no estaba para nada mal y de lo más atractivo. No le quito  ojo en toda la noche, ni, aparentemente él a mí. Lástima que no se hubiera acercado a hablarme y que yo me hubiera planteado como propósito del año, no acercarme a más hombres (que se acerquen ellos si son hombres de verdad). Entre un jugueteo de miradas incesante y las copas que iban subiendo….me acerqué (que no……no he olvidado tan pronto mi propósito de año). Se apagó la música y nos fuimos.
Al día siguiente nos dedicamos a hacer compras de Navidad y me acerqué curiosamente a un coffee-bookshop  al que solía ir cuando vivía en Madrid y el cual me traía muy buenos recuerdos. Mi amigo decidió esperarme en la tienda de discos de al lado.
Cuando entré, como iba con la idea fija de comprar una guía de viajes específica me acerqué al dependiente y le pregunté si tenía la guía de Johannesburgo y Sudáfrica. Para mi sorpresa tenía las dos y me las sacó para que les echara una vistazo, mientras estaba ojeándolas, de repente se me acerca alguien por detrás y me dice a modo de susurro…..”Mi sueño es ir a Sudáfrica”. Miré, pensando que era alguien de Madrid que conocía, cuál fue mi sorpresa cuando de repente me percaté de que era el chico de la noche anterior y esta vez pegado a mí.  La verdad, es que pese a que me sonrojé, no tenía salida. Sólo se me ocurrió la recurrente pregunta de: “¿Nos conocemos?” A lo que él tuvo una respuesta muy acertada para el momento: “No, pero me encantaría conocerte”.
Así que acabamos sentados el desconocido de la noche anterior y yo tomándonos un café y mi amigo que a los 10 minutos extrañado se presentó  sin caber en su asombro. La noche salió toda rodada y acabamos cenando los 3 en un restaurante romantíquisimo y filosofando de la vida a la par que reíamos por todo y de todo…
Gran viaje de dos días.  Gran comienzo de 2015. Las casualidades existen y ahora Carmen por casualidad más que nunca. ¡GRACIAS Y GRACIAS! No sé que me deparará el 2015 pero que promete seguro...